Mentaguays II – Algo que declarar?

La voz sale desde debajo de un bigotillo. El aduanero – de nacionalidad malaya pero de apariencia india- me lo pregunta con una sonrisa de simpatía. No parece sospechar de mí, simplemente tiene que preguntármelo ya que estoy llegando a Kuala Lumpur (Malasia) proveniente de Padang (Sumatra, Indonesia). Estoy entrando en su país.

“Algo que declarar?” repito para mis adentros?

“Algo no; muchas cosas!!” me respondo.

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Declaro que todavía no entiendo que pueda haber tantos matices de azul en tan poca distancia de mar.

Que es injusta tanta belleza en los peces, que los chipirones se alinean por tamaño (de más grande a más pequeño) y que los delfines nos han mirado de lejos al pasar, varias veces, como si no se fiasen de nosotros. O acaso pensaban que éramos una de esas embarcaciones de pescadores locales que de noche parecen gigantes arañas flotantes, patilargas e iluminadas?

Declaro que he visto a los cocoteros del islote de A-Frames llorar pues su islote vecino, al que todos conocíamos como la “isla del cocotero solitario”, ha perdido su único árbol. “Venid aquí y a ver si os atrevéis con nosotros!!” clamaban a los cuatro vientos. Y a fe mía que hay que tenerlos bien puestos para adentrarse en esa maraña de jungla!

Declaro que no entiendo por qué no hay gaviotas en las Mentawai si el mar, y nuestros sueños de surfistas, terminan ahí.

Declaro que Rifles va tan rápida que debería llamarse Bullets. Y que llamar HTs o Hollow Trees a Lance’s Right (nombre original de la ola de Katiet) es pecado. Y debería ser penado con una visita a la “mesa del cirujano”.

Declaro que me quedé con sed de Bintangs. No de cerveza, si no de la derecha hueca del mismo nombre. Y es que un solo baño (y justito de tamaño) en Bintangs después de 14 meses de espera no fue suficiente para calmar mi sed.

Declaro que a pesar de que siempre me gustaron “las camareras”, en el caso de Burgers es mucho mejor cuando estas no aparecen y se surfea bien pegadito a las rocas.

Declaro que Thunders me pareció una caricatura de Nipussis pero en izquierda. Que Nipussis con 1’5m, si coges la buena va bien. Que Beng Beng nos supo a poco y que los cuatro amigos de 4 Bobs estarían mejor a 1m de profundidad en lugar de asomar a la superficie.

Declaro que todas las tablas funcionan y que tu shaper se equivoca; el que no sabe surfear eres tu (o yo).

Declaro que tras poder disfrutar de dos días y medio de Maccaronis perfecto sin nadie más (en 13 días solo un día coincidimos con otros barcos), he decidido cambiarme a goofy para poder disfrutar esa ola de cara. Total, tampoco es que surfee muy bien de regular, así que no me perderé gran cosa.

Declaro que espero que todos los deseos que musité, tumbado encima de la cabina de mando del King Millenium una noche en que las estrellas fugaces nos visitaron, se cumplan. Para algo fui modesto en mis pensamientos. Y de momento unos cuantos ya son realidad.

Declaro que cuando saqué el atún (4-5kg) recordé a mi padre, y cuando –de adolescente- me llevaba a pescar bonitos al curry o a “l’agromejada” con él en Cambrils.

Declaro que para que nuestro viaje fuese perfecto, las olas del primer día tenían que haber llegado el último y así pillarnos con confianza y descansados. Y que ese pensamiento nos perseguirá hasta que regresemos.

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No; nada que declarar.